En nuestro post anterior vimos que las Empresas Familiares españolas y europeas destacan por su mejor talento directivo, su perspectiva a largo plazo, la necesidad de profesionalizar la gestión y de planificar a largo plazo sus objetivos. Las ideas de fondo que subyacen no suponen novedad: la Empresa Familiar debe gestionar mejor, y debe gestionar con cierto grado de desvinculación de la familia propietaria – de manera organizada.

Desde este punto de partida y con estos criterios de fondo formulamos nuestras dos propuestas para la empresa Familiar, que se apoyan en el aprovechamiento de los puntos fuertes corrigiendo los aspectos negativos o debilidades. Son las siguientes:

1. Aproveche el talento directivo y profesionalice la gestión. Si elimina la carencia que supone una gestión deficiente, podrá obtener todo el rendimiento de ese mayor talento directivo característico de la Empresa Familiar. Recordemos que ese empresario o directivo de la Empresa Familiar, con menor presupuesto, obtiene mejores resultados que otros gestores de empresas no familiares. En esa línea, la experiencia y formación de los empresarios y directivos – y de los miembros de la familia susceptibles de serlo en el futuro – es básica, imprescindible, necesaria y fundamental. El talento no podrá desarrollarse en toda su capacidad sin herramientas adecuadas, sin conocimiento o sin técnicas. Simultáneamente, considere la conveniencia de contar con profesionales y colaboradores que no pertenezcan a la familia: el talento directivo no se hereda, aunque pueda cultivarse y desarrollarse. Adicionalmente, en una empresa debe imperar la meritocracia: el futuro gestor debe ganarse el puesto dentro de una sana competencia. Lo contrario siempre será percibido por los no familiares como un agravio comparativo, como la inviabilidad de la promoción profesional a través del trabajo bien hecho, o como ambas cosas a la vez…

2. Planifique a largo plazo. El simple hecho de planificar tiene más ventajas que las aparentes, y no son pocas. Tampoco perdamos de vista que la planificación es competencia y responsabilidad irrenunciable de la alta dirección de la empresa. En materia de sucesión empresarial, elabore un Protocolo Familiar, que aportará a la familia cohesión, armonía, motivación y seguridad en el futuro. Respecto a la gestión, la metodología “reina” de planificación a largo plazo es el Plan Estratégico, que establece de manera constructiva las líneas generales de la empresa en un horizonte temporal de 3 a 5 años, y que se sintetizan en una serie de objetivos estratégicos que se alcanzarán a través de la ejecución de sus correspondientes proyectos.

El camino concreto a seguir será distinto para cada Empresa Familiar, ya que distintos son los puntos de partida y las prioridades de cada empresa y de cada familia. Lo que sí es claro, sin lugar a dudas, es que la llave del éxito en el futuro inmediato pasa por la competitividad. Esperamos que las ideas aportadas sean de utilidad para el lector. Gracias por la atención y un saludo.